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Cosas que pasan, parte II: Aprendizajes de la obra teatral

Buenos días garuber, de nuevo, una semana más en el blog. En el post pasado te hablé de ASPRODICO y mi labor en dicha asociación, además de invitarte al evento que tuvimos el sábado por la tarde en el Pablo Neruda de Colmenar, titulado: “Cosas que pasan”. Como puedes comprobar, el título del post de hoy es el mismo que el anterior, solo que con un subtítulo diferente: aprendizajes de la obra teatral. Ya que el sábado vivimos tantas emociones tan intensas, que tengo que compartirlas contigo.

Verás, cuando me puse a escribir el guión de “Cosas que pasan”, solo tenía una cosa clara: quería que pasaran cosas, pero no solo sobre el escenario, también en el público. Queríamos, con motivo de la celebración del día internacional de las personas con discapacidad, celebrar precisamente todo lo contrario: la superación, el esfuerzo, la ilusión y las capacidades, demostrando a todo el mundo que a la discapacidad de nuestros artistas les sobra una “s”: “Di capacidad, ya que son capaces de todo, solo es cuestión de paciencia y confianza. Como te comentaba en el post anterior, cada alumno es diferente y necesita métodos distintos, y aunque nos ha costado mucho llegar a hacer lo que hicimos con ellos sobre las tablas, el resultado fue increíble.

Por un lado, jugamos con la improvisación teatral, que por si no lo sabías, las personas con discapacidad intelectual en general son buenísimas en esta modalidad, porque su espontaneidad e inocencia natural son impresionantes y generan diálogos divertidísimos y muy emotivos. Es lo bueno de no tener filtros. El público lloró de la risa con dos de nuestras alumnas. También hubo bailes, canciones y un método musical innovador del que te hablaré con detalle en el post de la semana que viene.

Además, a cada uno le atribuimos un personaje diferente, y solo salían a escena en el momento que correspondía. Esto te lo cuento porque muchos familiares suelen estar acostumbrados a galas benéficas en las que parece que todos tienen que ser protagonistas en todo momento y estar todo el tiempo en el escenario, y cuando eso no pasa, se enfadan y ponen trabas incluso antes de que empiece la función. Pero nosotras queremos dejar atrás ese concepto en el que “con tal de que se lo pasen bien, que estén todo el rato bailando, cantando o lo que haga falta”. No. Porque este proyecto se basa en hacer teatro de verdad, y en las obras reales cada actor tiene sus entradas, salidas y personajes, por lo que, aunque intentamos que todos tengan papeles con la misma duración, tenemos que hacer comprender a los familiares que sus hijos solo saldrán a escena cuando el papel o personaje tenga que estar. Ni más, ni menos.

Parece algo obvio y perfectamente comprensible, pero créeme, es muy complicado que hacerle ver a la gente que hay cosas que deben cambiar si queremos alcanzar la normalización en el más puro sentido de la palabra. Y lo que debe cambiar desde la base son aquellas ideas que llevan arraigadas en la sociedad mucho tiempo y que han sido establecidas por personas con muy buena intención, pero sin discapacidad y, por lo tanto, a veces no se corresponden con lo que debería ser. Con esto, entre otras cosas me refiero a lo que te he comentado:

“yo quiero que mi hijo, además de interpretar, también baile, porque para eso ha ensayado”.

No, tu hijo en esta ocasión no puede bailar porque su personaje tiene que estar en ese momento sobre el escenario contando otra cosa, y por guión no es justificable que de repente salga de su papel y se meta en otro para luego volver a contar lo que tenga que contar.

Como actriz, a mí también me encantaría estar en cada escena, pero las cosas no son así. A veces salgo más, otras menos, tengo papeles más grandes o más pequeños, pero hay que asumirlo sin enfadarse. Todo actor se encuentra con esta circunstancia cada vez que realiza un trabajo, así que, si queremos hacer obras de teatro reales y que se sientan actores de verdad, hay que empezar por esas pequeñas cosas.

Para terminar, recitaron poemas de Lope de Vega, concretamente dos. Un fragmento del primer acto de “El caballero de Olmedo” y otro contemplado en el poemario llamado “Rimas”, dicen así:

El caballero de Olmedo:

Amor, no te llame amor
el que no te corresponde,
pues que no hay materia adonde no imprima forma el favor. Naturaleza, en rigor,
conservó tantas edades correspondiendo amistades;
que no hay animal perfeto
si no asiste a su conceto
la unión de dos voluntades.
De los espíritus vivos
de unos ojos procedió
este amor, que me encendió
con fuegos tan excesivos.
No me miraron altivos,
antes, con dulce mudanza,
me dieron tal confïanza,
que, con poca diferencia, pensando correspondencia, engendra amor esperanza.

Rimas:

Ir y quedarse, y con quedar partirse, partir sin alma, y ir con alma ajena, oír la dulce voz de una sirena
y no poder del árbol desasirse;

arder como la vela y consumirse, haciendo torres sobre tierna arena;
caer de un cielo, y ser demonio en pena, y de serlo jamás arrepentirse;

hablar entre las mudas soledades, pedir prestada sobre fe paciencia, y lo que es temporal llamar eterno;

creer sospechas y negar verdades,
es lo que llaman en el mundo ausencia, fuego en el alma, y en la vida infierno.

Como ves, están escritos en castellano antiguo y algunas frases son de difícil comprensión, pero se los aprendieron perfectamente y sabiendo bien lo que cada poema quería decir. Los padres no se lo podían creer…sin duda ese fue el momento más bonito de la obra, al menos para mí. Verlos a todos ante los micros y bajo la atenta mirada de un público atónito y emocionado, no tuvo precio.

Para Bea y para mi fue un verdadero orgullo, ya que, a parte de los enfados de algunos padres por el protagonismo a toda costa, durante el proceso tuvimos que lidiar con frases del estilo: “como no le des a mi hija un papel de alguien que estorbe… no sabe hacer nada”. Nos dolió tanto escuchar estas cosas de la boca de algunos padres, que nos motivamos muchísimo más a

la hora de trabajar duro con los chicos. ¿En qué mundo vivimos? No se puede decir eso, y menos delante de ellos, porque valen muchísimo y porque además escuchan y sienten todo, son personas igual que tú y que yo. Como no queremos entrar en disputas, pensamos que la mejor forma de callar bocas y sacar lágrimas de emoción, es a través del esfuerzo diario y la pasión por lo que hacemos, y esta obra y todas las que se han hecho y vendrán, serán la prueba de que todo se puede alcanzar con el tiempo.

Por último, destacar la colaboración de Fabiola y Bertín Osborne, que son personas a las que conozco y quiero mucho desde hace mucho tiempo y que también luchan cada día por causas como la nuestra. Ellos aportaron su granito de arena en el espectáculo a través de un vídeo que se grabaron como si fueran personajes de la representación, y les estamos infinitamente agradecidas.

Juntos, podremos conseguir que algún día, el día internacional de las personas con discapacidad se convierta en la gran fiesta de las capacidades.

Gracias por estar ahí una semana más garuber.

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