Blog Obra social GARU Accesibilidad - Un espacio para la reflexión

Buenos días garuber, ¿cómo estás? En el post de la semana pasada te presenté a Alejandro, un estudiante con discapacidad que tiene un proyecto de fin de curso entre manos: una APP para indicar las rutas más accesibles a las personas que lo necesiten. Alejandro quiso hacernos varias preguntas para elaborar una app lo más precisa posible y que cubra el mayor número de necesidades que se pueda. Si tú aún no las has respondido te animo a que lo hagas, porque así entre todos podremos ayudar, desde nuestros diferentes puntos de vista, no solo a que Alejandro saque una buenísima nota, también a que su proyecto, destinado a facilitar la vida de muchas personas, pueda convertirse en una realidad.

Desde el equipo de Garu, que como bien sabes es una empresa dedicada a la fabricación de maquinaria con el fin de proporcionar accesibilidad en casas, edificios y todo lugar que lo requiera, lógicamente adoramos las iniciativas que tengan que ver con lo relacionado con la accesibilidad, pero no únicamente porque este tipo de proyectos estén íntimamente relacionados con el que Garu desempeña, sino porque sentimos y pensamos que es tan necesario hacer un mundo para todos, que cada idea o proyecto suman para lograr este bonito e importante fin. Precisamente por esto, hoy quiero hablarte de otro descubrimiento por parte de una empresa turca llamada WeWalk, una revolución que ya está disponible en el mercado y que estamos seguros supondrá una mejoría muy considerable en la calidad de vida de las personas con discapacidad visual.

Se trata del primer bastón inteligente con Google Maps y asistente virtual que servirá de guía para las personas invidentes. Y es que este invento tan innovador cuenta con sensores de proximidad de 250 centímetros y un motor de vibración que alerta al portador la cercanía de los obstáculos en la vía o peligros que podrían afectar su integridad física. Además, tiene la posibilidad de conectarlo a un móvil inteligente a través de Bluetooth, así como giroscopio y acelerómetro para leer el entorno que rodea a la persona. Pero no solo esto, porque aparte de poder recargarlo fácilmente por un puerto USB, dentro de sus funciones contiene una pantalla pequeña desde donde se pueden consultar las indicaciones de la ruta escogida a través de Google Maps, con una opción de altavoz por donde se podrán recibir las instrucciones auditivas. Una pasada… ¿verdad?

Pero, ¿qué te parece si volvemos un ratito al pasado para conocer el recorrido que ha llevado a que este bastón inteligente se haya llegado a inventar?

Algunos cuentan que todo se remonta a 1931 en San Vicente, una pequeña localidad de la pro- vincia de Santa Fe, Argentina, donde vivía José Mario Falliotico, quien en la década del 30 y du- rante su permanencia en Buenos Aires se convertiría en el inventor del bastón para ciegos. Cuenta la historia que, una tarde muy fría, José Mario Falliotico volvía a casa después de un largo día en una hojalatería, su trabajo. Cuando de repente, al disponerse a cruzar la calle al- guien le tocó el brazo suavemente. Al darse la vuelta para ver quién le había agarrado el brazo con tanta dulzura, se encontró a un joven con gafas negras y las manos extendidas hacia de- lante. En un primer momento Falliotico pensó que tal vez sería una especie de sonámbulo que andaría perdido por la calle, pero entonces aquel hombre le ayudó a entender lo que estaba pasando en realidad con solo dos palabras: ¿Me cruza? en ese instante comprendió lo que la persona que tenía en frente estaba necesitando. Al terminar de cruzar, antes de dspedirse, Fa- llotico le dijo: «Déjeme su dirección, mañana recibirá algo que, en lo sucesivo, le evitara estos plantones en la calle».

Al día siguiente, algunos dicen que Fidel recibió el primer bastón blanco, y por la tarde Fallio- tico llevó la idea de popularizar el invento al entonces director de la biblioteca Argentina para ciegos, Agustin Rebuffo.

Sin embargo, esta no es la única versión posible en cuanto a quién fue el inventor del bastón blanco, porque otros consideran que Falliotico nunca llegó a patentar el invento, sino que fue el artista James Biggs, un inglés con discapacidad visual, la persona a la que se le ocurrió pintar de blanco su bastón para que lo distinguieran en la calle.

Sea quien fuere el verdadero inventor, esta sencilla pero trascendental idea fue popularizán- dose a nivel mundial y, sin duda, supuso un cambio muy notable para las personas ciegas que hoy, en pleno siglo XXI y gracias a la empresa WeWalk y a su idea de poner la tecnología al ser- vicio de este artilugio, ha evolucionado hasta límites increíbles.

Si me lo permites, así, entre tú y yo, igual que en su día renombré a mi andador “el descapota- ble”, me gustaría rebautizar también al bastón para empezar a llamarle “la espada láser” ya que estarás de acuerdo conmigo en que a este paso y como sigan avanzando y abriendo posi- bilidades, cualquiera que tenga uno de esos en sus manos parecerá un Jedi en toda regla. ¿No crees?

Gracias por estar un lunes más en el blog, ¿te han gustado estas pinceladas históricas? ¿te gus- taría que conociéramos más datos de este tipo? Si es que sí, solo tienes que hacérmelo saber y tus deseos son órdenes.

Por hoy me despido, pero nos vemos el viernes en el directo y… ¡Que la fuerza te acompañe, Garuber!

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