A pesar de que la Constitución Española regula claramente el derecho a todas las personas a la participación activa en la sociedad sin barreras, todavía estamos muy lejos de contar con espacios públicos o de uso común accesibles para todos.
El artículo 9 de la Constitución Española exige a los poderes públicos garantizar el máximo bienestar de vida a todos los ciudadanos, facilitando a su vez su participación en la vida política, económica, cultural y social. Y el artículo 49, teniendo en cuenta la existencia de un número importante de personas con algún tipo de discapacidad física, psíquica o sensorial, legisla una política de previsión e integración de todas ellas.
Además, la regulación jurídica de la accesibilidad se recoge también en el el artículo 148.1.3.º y 20.º que atribuye a las Comunidades Autónomas la competencia en materia de ordenación del territorio, urbanismo, vivienda y en materia de asistencia social. En virtud de tales competencias, casi todas las CCAA han establecido normativa que garantiza, en mayor o menor medida, la accesibilidad en las ciudades, las edificaciones, el transporte y la comunicación.
Pues bien, a pesar de todo ello, en España no podemos decir que tengamos un país accesible.
¿Qué se entiende por accesibilidad?
La accesibilidad es la cualidad de un espacio o actividad que permite a todas las personas su uso de forma autónoma y segura, sin limitación alguna por razón de deficiencia,discapacidad, o minusvalía.
Por su parte, las barreras arquitectónicas son todos aquellos elementos u obstáculos que limitan o impiden la libertad de movimiento de forma autónoma de todas las personas. Todos los espacios deberían estar preparados para garantizar que todas las personas, independientemente de su movilidad o limitaciones, pudieran acceder a ellos y participar de la sociedad como cualquier otra persona, tal y como la Ley recoge.
¿Cuándo es accesible un espacio?
Los espacios, principalmente los públicos, deberían ser accesibles. No sólo para que las personas con problemas de movilidad permanente o puntual sino porque es un derecho fundamental y porque todas, absolutamente todas, en algún momento de su vida pueden tener un problema o una necesidad que una barrera arquitectónica puede complicar.
Un espacio accesible es aquel que es accesible totalmente y se ajusta a los requerimientos funcionales y dimensionales que permite su utilización de un modo autónomo por parte de cualquier persona, con independencia de que tenga limitadas determinadas capacidades.
¿Cómo convertir un espacio accesible?
La Accesibilidad es un derecho y todas las personas, empresarios, comunidades de vecinos y Administraciones Públicas deberían tenerlo muy presente, pensar que todos podemos tener en algún momento un problema de movilidad y que nuestras instalaciones deberían ser plenamente accesibles para todos los que quieran acceder a nuestro establecimiento.
Para convertir un espacio en accesible primero se debe tener plena conciencia de que debe ser así y, posteriormente, realizar un análisis de las necesidades específicas del edificio, comercio, empresa o infraestructura.
Los elementos más comunes que permitirán convertir nuestro espacio en accesible son: