La Fundación Mutua de Propietarios, en colaboración con la Cátedra UNESCO de Vivienda de la URV, presenta el estudio “La accesibilidad en las viviendas de España”.
Según este estudio sólo un 0,6% de los 9,8 millones de edificios de viviendas españoles cumplen los criterios de Accesibilidad Universal para personas con movilidad reducida o discapacidad.
En diciembre de 2017 finalizó el plazo para que todos los edificios eliminasen las barreras arquitectónicas, de acuerdo con la normativa vigente.
Y aún nos podemos encontrar con que un 63% de los edificios no son accesibles de la calle al portal, un 22% carece de ascensor y sólo un 29% cuenta con video portero.
En esta ocasión y con el día a día de Anna Caparrós, una usuaria que se desplaza en silla de ruedas y reside en Tarragona, se ha querido comprobar si ya se cumple la ley de accesibilidad. Cada día, la Sra. Caparrós, se encuentra con uno o dos escalones que separan la acera de la entrada a las viviendas. Además, en el vestíbulo de éstas, suele haber al menos un peldaño más. En algunos portales el desnivel está superado por una rampa, pero eso no es garantía de accesibilidad, ya que en muchas ocasiones las rampas no cumplen la normativa y no es fácil hacer uso de ella. Suelen ser demasiado estrechas y/ o empinadas. También se encuentra que los porteros automáticos están colocados demasiado altos.
Caparrós nos recuerda a su vez que, en estos edificios, no sólo viven familias. En muchos de éstos, hay despachos de abogados, notarios, médicos, … Recuerda que una vez necesitó los servicios de un notario, y le propusieron ir a su domicilio ya que el despacho del notario era inaccesible. «Pero no era eso lo que yo quería. Me da rabia, tengo mis derechos. Cada vez que tengo que ir a un sitio tengo que preguntar primero. Hay amigos que he dejado de visitar… Dejas de hacer cosas por un simple escalón».
Esta investigación, se ha realizado entre más de 2.000 viviendas. Y el resultado es que las viviendas españolas, suspenden en accesibilidad universal.
Según este estudio, en Catalunya existen 1.192.463 edificios destinados a viviendas, de los cuales un 64% no son accesibles de la calle al portal porque, para empezar, existen escaleras en este punto. Además, solo el 22% de las fincas tienen rampa, que en algunos casos no es funcional.
Otro dato preocupante es que, además, un 17% de los edificios no tiene ascensor y, donde sí los hay, en muchos casos, no se tiene acceso al botón de alarma sonoro, que solo está incorporado en un 9% a una altura correcta, mientras que los botones en braille sí se encuentran en el 55%. En cuanto a los buzones, en un 60% de los edificios, no se puede acceder a ellos desde una silla de ruedas.
El presidente del Col·legi d’Administradors de Finques de Tarragona, Esteve Martí, ha explicado que en el último año se ha notado un incremento de obras para mejorar la accesibilidad en las comunidades. Pero apunta, que la mayoría de los casos, esta mejora se ha realizado para solucionar las demandas específicas de un vecino con problemas de movilidad, no porque haya conciencia de la importancia de la eliminación de las barreras arquitectónicas.