Las leyendas urbanas se extienden como la pólvora en todos los ámbitos, nada escapa a los rumores falsos. Haya donde haya opinión pública habrán falsos mitos. En esta nueva entrada de blog, te presentamos los 4 falsos mitos de la accesibilidad más famosos.
El uso de los sistemas de accesibilidad es exlusivo para las personas con discapacidad, yo no necesito accesibilidad.
La tendencia es pensar que, cualquier persona que salga de la “normalidad”, necesita aplicar soluciones de accesibilidad especiales y eso es un falso mito. Los entornos deben diseñarse para las necesidades de las personas y no al contrario.
La accesibilidad es muy cara
Existen estudios que demuestran que invertir en accesibilidad es económicamente rentable:
- Si la accesibilidad se considera desde el origen de la construcción, es decir, figurando el proyecto/los planes/los planos de antemano.
- Lo que es accesible es seguro. Se minimiza el riesgo de accidente y, por tanto, la acción legal también.
- Tarde o temprano el desgaste de nuestro cuerpo nos llevará a agradecer cualquier inversión destinada a la accesibilidad.
La existencia de la Ley de Accesibilidad es suficiente para garantizar espacios accesibles
La ley de accesibilidad que existe actualmente en España no es suficiente para garantizar la accesibilidad de los entornos urbanos. Para proyectar y aplicar la accesibilidad correctamente hay que conocer la discapacidad con una noción más allá de lo legal.
Rampa = accesibilidad
La tendencia es pensar que cada plano inclinado supone un dispositivo de accesibilidad viable, pues no es así. Tiene que reunir una serie de condiciones para que una rampa sea considerada una vía accesible: pasamanos, superficie anti-deslizante, grado de pendiente idóneo, etc. Además, la movilidad reducida no se resume al uso de las sillas de ruedas.