La accesibilidad o la accesibilidad universal se define como el grado en el que todas las personas pueden utilizar un objeto, visitar un lugar o acceder a un servicio, independientemente de sus capacidades técnicas, cognitivas o físicas.
Las Naciones Unidas aprobaron el 20 de diciembre de 1993 las «Normas Uniformes sobre la igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad», cuya finalidad es “garantizar que niñas y niños, mujeres y hombres con discapacidad, en su calidad de miembros de sus respectivas sociedades, puedan tener los mismos derechos y obligaciones que los demás”. El fundamento político y moral de estas normas se encuentra en la «Carta Internacional de Derechos Humanos».
Los espacios, itinerarios o elementos accesibles, son aquéllos que consideran la diversidad de sus usuarios en cuanto a dimensiones, edad, habilidad, fuerza y otras características, al ajustarse a las necesidades y/o a las limitaciones humanas en función de su edad, movilidad reducida, ya sea temporal o permanente, dificultades en cuanto a la comunicación, etc, consiguiendo una mejora en la calidad de vida y en la accesibilidad a todos los usuarios, ya que para algunos es una necesidad, pero a todos nos beneficia.
Los grados o niveles en que podemos dividir la accesibilidad son: